014 ¿El Budismo, pone más importancia al sexo masculino y desprecia al sexo femenino, o no?


Continuamos con la series de preguntas y respuestas

¿El Budismo, pone más importancia al sexo masculino y desprecia al sexo femenino, o no?

El Budismo es una religión que trata a todos los seres de la misma manera, por eso en el Budismo no se desprecia a las mujeres y no se pone más importancia en los hombres. Para el Budismo los hombres y las mujeres son iguales; también la igualdad es para todos los seres sensibles y las personas sin importar las diferencias de raza, profesión, nivel social, etc. Por eso decimos que es igual para todo el mundo porque todos tenemos el mismo derecho y la oportunidad de practicar y todo lo que podemos encontrar a través de la práctica es la igualdad.

Desde el punto de vista del Budismo, todos los seres humanos, somos iguales, porque todos tenemos este verdadero corazón que es la realidad del mundo que se llama Tathāgatagarbha, es por eso que no se hace diferencia entre el hombre y la mujer, pobre o rico, la gente que tiene poder o la que no lo tiene; todos los seres humanos tenemos este verdadero corazón y este corazón es igualdad, y toda enseñanza del Budismo viene de ese corazón, así que la enseñanza del Buda es la igualdad. Sea, cuál fuese la rama del budismo que se practique, el único fruto que puede lograrse es la igualdad. Esta igualdad, es la verdadera igualdad, no es la igualdad de la fachada, sin embargo algunas personas van a decir que todo el mundo tiene sus diferencias, hay gente que es masculina, gente que es femenina, hay gente que es rica, algunos que son pobres, hay gente que sufre, otros que están felices, hay gente que son reyes, algunos son inteligentes, otros que son tontos, hay gente que logra obtener fácilmente su trabajo y hay gente que no. Habiendo tantas diferencias parece que son todos distintos.

¿Cómo el budismo puede afirmar la igualdad? Desde el punto de vista relativo sí existen muchas diferencias, pero detrás de todo ese constante cambio con sus infinitas diferencias existe eso que no cambia y que es realmente lo que cada uno de nosotros tenemos y podemos llamarla Tathāgatagarbha. Por eso es que hablamos de la verdadera igualdad.

Esta igualdad no se puede ver, no es una forma, y los seres humanos como tenemos tantos karmas diferentes que vienen desde inconmensurables kalpas anteriores, seguramente que esta vida forzosamente tiene que tener diferentes frutos kármicos.

Con este fruto kármico se va a definir si va a ser hombre o mujer, rico o pobre, fuerte o débil, atractivo o feo, inteligente o tonto, entonces podemos ver que aparecen muchas diferencias. Pero sin embargo, para que puedan existir todas estas diferencias tiene que haber causa, condición necesaria y fruto kármico. Y esto es un mecanismo completamente imparcial. Por ejemplo: Si sembró un mal karma en la vida pasada, seguro va a recibir un mal karma en esta vida. Y si sembró un buen karma en la vida pasada, va a recibir un buen fruto en esta vida y que sea hombre o mujer, es lo mismo.

Entonces ese tipo de igualdad es la que debemos tomar para realizar el camino de Buda. Así que por más que desde el exterior podamos ver que todos los frutos kármicos sean distintos, desde el punto de vista del Dharma, en el interior todos somos iguales porque poseemos la esencia de Buda o Tathāgatagarbha. Por eso el budismo es una religión igualitaria. Si la persona quiere tomar los tres refugios, no importa que sea hombre o mujer, que sea viejo o joven, que sea inteligente con conocimiento o tonto y sin conocimiento, si cree en las tres joyas del budismo puede tomar refugio en ellas sin importar su apariencia, ya sea hombre o mujer, porque tomar refugio en las tres joyas es desde el corazón.

Hablamos ahora de otro punto de vista de la igualdad:

Si miramos sobre la ley de karma, el budismo, aunque sea hombre o mujer, si cultiva una semilla kármica buena, su karma será seguramente bueno, si la cultivación kármica es mala, entonces su fruto será malo. Este mecanismo de fruto kármico depende totalmente de la ley de karma. No es que por ser hombre ya tiene un tratamiento distinto o por ser mujer tiene que tener un trato más pesado, el budismo es totalmente igualitario.

Que sea un practicante de budismo o no, no tiene importancia, la ley del karma sigue siendo igual para todos. Así que el budismo no es como el monoteísmo, dónde uno por creer en Dios ya puede eliminar todos sus pecados. Y si uno no cree en Dios, uno ya tiene que irse al infierno. El budismo no es así, el budismo es la igualdad, cada uno paga su deuda.

Aunque sea hombre o mujer, creyente o no creyente.  Si la gente practica con sinceridad la enseñanza del Buda, podrá acumular los méritos necesarios y podrá entender el verdadero Tathāgatagarbha y llegar a iluminarse.

Como sabemos que el Tathāgatagarbha ejecuta la ley del karma y la ley del karma para realizarse tiene que tener existencia en el Tathāgatagarbha, no importa tu sexo, tu edad, tu profesión, tu riquezas, cualquier diferencia, todo lo que hiciste en la vida pasada, todo está acumulado en el Tathāgatagarbha y cuando el momento llega, el Tathāgatagarbha realiza su fruto kármico. El Tathāgatagarbha no hace la diferencia entre hombre y mujer, tu profesión, tu riqueza o todo lo que sea, así que desde este punto de vista el budismo es totalmente una religión igualitaria.

Ahora vamos a mirar el punto de vista de la práctica desde este mundo.

La meditación no solamente existe en el budismo, la meditación existe en muchas otras religiones y la gente que no tenga conocimiento de budismo igual puede alcanzar niveles altos de meditación sin importar las distintas diferencias. Lo único que tiene que hacer, es poder eliminar las cinco impurezas.

Ahora vamos a citar las cinco impurezas:

1_ Deseo: Desear riquezas, sexo. Si tiene esto la persona, no puede meditar bien.

2_ Enojo: El estar siempre enojado por las diversas circunstancias o con las personas tampoco se puede meditar bien.

3_ Sueño: Si se tiene sueño y ganas de dormir uno no puede meditar bien.

4_ Excitación o ansiedad o agitación: Esto tampoco nos ayudará a meditar bien.

5_ Duda: Si se tiene muchas dudas, es difícil tomar una decisión. La gente que tiene dudas no sabe decidir, entonces seguro que no puede meditar bien.

Así que solamente eliminando las cinco impurezas, cualquier persona puede lograr el fruto de Samadhi y Dyana.

La gente puede llegar al cuarto fruto de Dyana que corresponde a los ocho frutos del Samadhi, esto también es igualdad. La gente sólo tiene que tomar la decisión de practicar meditación, aunque el tipo de meditación que decida practicar sea budista o no.

No importa que uno sea varón o mujer, los dos pueden llegar a tener los frutos de la meditación.

Una vez que el practicante tiene un buen nivel de meditación, si tiene compasión hacia la gente, podrá lograr alcanzar los cinco poderes sobrenaturales. Muchos Sutras hablan de que los monjes, monjas y laicos aunque sean varones o mujeres, ellos han podido lograr alcanzar los cinco poderes sobrenaturales. Así que desde este punto de la práctica de la meditación, todo el mundo es igual. No puede nunca aparecer que un hombre logra o una mujer no lo logra, eso es imposible, todo el mundo puede alcanzarlo.

Desde otro punto de vista, si miramos la práctica para salir de este mundo, el budismo es totalmente igualitario, no hace distinción entre lo masculino y lo femenino, si la gente sigue la enseñanza del Buda, si la gente pone en práctica las enseñanzas del Buda, el fruto que va a lograr es totalmente el mismo, no importa cuál sea su sexo.

En la práctica del budismo existen dos caminos, un camino de liberación y otro de sabiduría, estos dos caminos forman la enseñanza del Buda.

Si hablamos desde el punto de vista del camino de la liberación, para practicar no importa su sexo, si tiene confianza en la enseñanza del Buda, si sigue paso a paso, puede lograr los primeros cuatro frutos y con este fruto llegar a liberarse. Así que todo el mundo es igual, no importa su sexo.

Según lo que dice el Sutra y nuestra asociación, si la gente quiere llegar a alcanzar el fruto de la práctica, para llegar al primer fruto de Sravaka,tiene que romper los tres nudos ( los tres nudos son: (1) los malentendidos sobre uno mismo, (2) la visión confusa de sí mismo, de los principios y de las Tres Joyas, y (3) los malentendidos sobre los principios), así que no importa si es hombre o mujer, por eso hablamos en el budismo sobre la igualdad.

Para el segundo fruto y el tercero es lo mismo, no existe diferencia alguna en la práctica, la apariencia puede ser distinta entre el hombre y la mujer, pero en la práctica no hay diferencia, y luego cuando llega al cuarto fruto de Arhat, tampoco tiene diferencia entre hombre y mujer.

En el Sutra hay muchos monjes y monjas que llegaron al cuarto fruto de Arhat y ellos cuando dejan su cuerpo físico, pueden decidir si entran al nirvana sin resto y salir del ciclo de reencarnación y muerte.

De la misma manera sucede con la práctica de Pratyeka Buda, tampoco hay diferencia entre el hombre y la mujer, según el Sutra ya hemos visto muchos Pratyekas Budas que son hombres y mujeres, jóvenes o viejos, son todos iguales. Por eso en el camino de la liberación dentro del budismo hay igualdad entre hombre y mujer.

Hoy por falta de tiempo, no vamos a poder entrar en más detalle de cómo son las prácticas de los Arhat y de los Pratyekas. Poco a poco vamos a publicar el libro, si ustedes les interesa yo les recomiendo que lean estos libros y así seguro tendrán una mejor comprensión sobre la práctica del budismo.

Ahora vamos a hablar del camino de sabiduría dónde tampoco existe la diferencia entre el hombre y la mujer. Porque en el camino de la práctica de sabiduría, su único objetivo, es entender la octava vijñana, el Tathāgatagarbha (el verdadero YO, este verdadero corazón). Porque el cuerpo humano tiene diferencia entre el hombre y la mujer, pero ese verdadero corazón no.

Para los practicantes del Mahayana el camino de sabiduría, es poder entender primero este octava vijñana que es Tathāgatagarbha.

Después de generar una fe en la enseñanza de Buda, el practicante debe practicar la generosidad, la conducta justa, la paciencia, perseverancia, concentración y conocimiento sobre la sabiduría.

Cuando practica todo esto correctamente, entonces, podrá llegar en cualquier momento a la iluminación. Los practicantes dicen que es la séptima etapa de la práctica y llamamos a este practicante. Un Bodhisatva, que es el que tiene el verdadero conocimiento y puede mirar este mundo a través de su Tathāgatagarbha para realizar su camino de sabiduría hasta llegar al nivel de Buda. En ello tampoco hay diferencia entre hombre y mujer.

En la época de Buda era así. Existían Bodhisatvas iluminados que eran hombres o mujeres, en el budismo Chan (Zen) es lo mismo, y ahora en nuestra asociación es lo mismo, la igualdad existe realmente entre el hombre y la mujer, de la misma manera los practicantes para poder avanzar más adelante, no importa la diferencia entre hombres y mujeres ; desde llegar al primer fruto de Bumi, hasta llegar al décimo fruto de Bumi y luego llegar a un nivel de Bumi que su la iluminación igual que Buda,y luego a un nivel de Bumi que su iluminación maravillosa; después de este nivel el practicante llegará al nivel del Buda; durante este camino de la práctica tampoco hay ninguna diferencia de sexo.

¿Cómo el Buda quiere ayudar a la gente? Puede aparecer en cuerpo de mujer y en el Sutra de Loto habla de una señorita que rompió el cuerpo masculino y femenino y llegó al nivel de Buda, eso indica que para Él no hay diferencia entre hombre y mujer, por eso en la práctica de budismo lo más importante es practicar realmente y llegar al fruto, no es la apariencia de un hombre o mujer, los practicantes verificamos si nuestros corazones están puros, si ellos tienen méritos, verificamos si la persona tiene el conocimiento justo y verificamos si la persona tiene el nivel de liberación y el nivel de sabiduría, y no verificamos su sexo. Así es la práctica del budismo, que se basa en la igualdad entre hombres y mujeres. El contenido de la práctica es más importante que la apariencia por eso para el budismo existe la igualdad entre ambos sexos. Si una persona te dice que le da más importancia a los hombres y desprecia a las mujeres, quiere decir que esta persona no entiende de budismo, no sabe lo que es la enseñanza de budismo o se equivocó de budismo, por eso en el budismo, le damos importancia a la práctica y no a la apariencia. Hoy por el tiempo, explicamos hasta aquí, muchas gracias a todo el mundo.

A mi to fo.


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